miércoles, 28 de febrero de 2018

Purim, no todo son disfraces

Muchas veces se habla de Purim, la festividad judía que se caracteriza por el hábito de disfrazarse y la felicidad que en general deja verse y sentirse, como el "Carnaval Judío", al incidir solo en el primer aspecto. Sin embargo, es mucho más que eso.
Para empezar conmemoramos la salvación del Pueblo Judío de la aniquilación total en la Persia de hace miles de años, en una historia con importantes personajes como Mordejai y su prima Esther, quien contraerá matrimonio, obligada, con el rey de la nación, Ajashverosh, cuyo Ministro, Amán, urdirá un malvado plan para que el Reino se vuelva en contra de los Judíos. Quizás el aspecto más llamativo es que, al contrario que otros episodios en la Historia Judía, la Presencia Divina no está tan clara y permanece como "Oculta", siendo quizás el mayor milagro de todos, y una gran lección para nuestras vidas: incluso en los momentos más oscuros y cuando creamos estar solos, Hashem está con nosotros, apoyándonos. Y aquí se vio como, gracias a los esfuerzos de los judíos y a través de una serie de acontecimientos que cualquiera podría tildar de "casual", evitamos la muerte y, además, agradecimos a D-os Su Infinita Bondad con esta fiesta donde también nos ocultamos "disfrazándonos", cambiando nuestro aspecto. Purim es, sin duda, uno de los momentos más bellos y profundos en su mensaje que podemos encontrar en el calendario judío.
La lectura de la Meguilat Esther, el libro que cuenta toda la historia y por ende el motivo de su celebración, tiene que escucharse dos veces(una en la noche y otra en el día) con la máxima concentración y el máximo silencio, sin permitirte perder el hilo. Quien sea el encargado de leerla tiene que saber se muy bien la música que encierra cada una de sus palabras, por lo que es imprescindible sabérsela sin fisuras.
Entre otras mitzvot, preceptos para desarrollarse en la Práctica Espiritual, están dar una cantidad de dinero a las personas que lo necesiten(como mínimo lo suficiente para costearse una comida propiamente dicha)y el Mishloaj Manot.¿Que es eso?Una cesta decorada y abultada con varios tipos de comida, como galletas, bizcochos, conservas, refrescos, fruta y demás, que se entrega como regalo a otra persona y esta, como pasa al menos en la mayoría de las veces, te entrega la suya. Una tradición que aumenta la amistad y el compañerismo con el otro y que, por tanto, me parece de lo más bonita.

Os podéis dar cuenta que en esta fiesta todo rezuma alegría. Incluso el ayuno que la precede y da comienzo, Taanit Esther, comparada con otros ayunos del calendario judío es más ligera en ciertos aspectos y no esta marcada por un sentimiento triste. 
Por último destacar su gastronomía, compuesta por delicias como las Orejas de Hamán o los Buñuelos, más típico de las comunidades judías del Norte de África(como la mía). Al termino del día se hace una Seudá o comida festiva en familia, poniendo punto final a este gran regalo que es Purim. Y a vosotros, os deseo Purim Sameaj y que disfrutéis su esencia en compañía. Disfrazaos mucho y no os paséis con los dulces!

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